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Compresores tipo espiral sin aceite: la solución silenciosa y compacta que tu laboratorio necesita

Seguramente ya lo sabes: en un laboratorio, cada centímetro cuenta y el silencio es clave. Por eso, si estás buscando una solución de aire comprimido que no ocupe mucho espacio, no genere ruido molesto y además entregue aire limpio, los compresores tipo espiral sin aceite son justo lo que necesitas.


Aunque esta tecnología existe desde hace décadas, no fue sino hasta hace poco que los compresores tipo espiral comenzaron a ganar terreno en la industria. Hoy en día, son una opción ideal para laboratorios médicos, farmacéuticos, forenses o de investigación, donde la pureza del aire es esencial —por ejemplo, en procesos como la generación de nitrógeno.

¿Cómo funciona un compresor tipo espiral?

Dentro del compresor hay dos espirales: una fija y otra que gira. A medida que el aire entra a la cámara, la espiral en movimiento lo va comprimiendo gradualmente, llevándolo hacia el centro hasta expulsarlo sin pulsaciones. Este proceso continuo y sin contacto metálico asegura un flujo constante de aire comprimido completamente libre de aceite.

¿Por qué elegir un compresor tipo espiral sin aceite para tu laboratorio?

Aquí tienes cinco buenas razones:

1. Aire limpio y 100% libre de aceite

Sabes que la calidad del aire es crítica en aplicaciones médicas o científicas. Los compresores sin aceite —como los de la serie SRL de Sullair— están certificados bajo la norma ISO 8573-1 como totalmente exentos de aceite. Esto significa que no hay riesgo de contaminación por lubricantes en tus procesos, lo que es vital para mantener la integridad de tus análisis y equipos.

2. Operación silenciosa (muy silenciosa)

Imagina trabajar al lado de tu compresor sin siquiera notarlo. Los compresores tipo espiral SRL alcanzan niveles de ruido tan bajos como 48 dBA, apenas un poco por encima del sonido ambiente de una biblioteca. Esto significa que puedes colocarlos directamente en el área de trabajo sin necesidad de construir una sala aislada. Menos ruido, menos complicaciones y menos costos de instalación.

3. Diseño compacto que ahorra espacio

¿Poco espacio en tu laboratorio? No hay problema. Los compresores tipo espiral tienen un diseño compacto que se adapta fácilmente a ambientes reducidos. Incluso hay quienes los instalan dentro de gabinetes o armarios, lo cual es posible gracias a que no requieren una sala de compresores dedicada.

4. Fáciles de usar y mantener

Menos piezas móviles, menos complicaciones. El diseño de espiral es simple pero efectivo, lo que se traduce en mayor confiabilidad y menor mantenimiento. Y cuando llegue el momento de hacerle servicio, el acceso es rápido y sencillo.

5. Funcionamiento eficiente según la demanda

La eficiencia energética no solo depende del equipo, sino de cómo se adapta a tus necesidades. Los compresores SRL están diseñados para ajustarse automáticamente: apagan bombas innecesarias y reducen la presión máxima cuando no se requiere, evitando así el uso de aire que no necesitas. Esto prolonga la vida útil del compresor, reduce el desgaste y, por supuesto, te ayuda a ahorrar energía.


De hecho, gracias a la tecnología de Sullair, las bombas SRL tienen una vida útil promedio de hasta 15,000 horas —unas 5,000 horas más que otras opciones en el mercado. Menos cambios, menos interrupciones, más ahorro.

Si estás en un laboratorio y necesitas una solución de aire comprimido confiable, limpia, silenciosa y compacta, un compresor tipo espiral sin aceite puede marcar la diferencia.

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Prepárate para el verano: Consejos clave para cuidar tu compresor de aire industrial

Con el verano a la vuelta de la esquina, muchos ya estamos pensando en días soleados, escapadas a la playa y carnes asadas . Pero hay algo con lo que no deberías “jugar”: el mantenimiento de tu compresor de aire industrial.

Aunque el mantenimiento es importante todo el año, durante los meses calurosos se vuelve aún más crítico. El calor y la humedad hacen que el compresor trabaje más duro, y si no está en buenas condiciones, puede fallar en el momento menos oportuno.

¿No sabes por dónde empezar?

Aquí te dejamos algunos consejos prácticos para mantener todo tu sistema de aire comprimido —ya sea con compresores lubricados, exentos de aceite o equipos de tratamiento— funcionando sin problemas durante el verano:

1. Haz mantenimiento preventivo

El mantenimiento regular es clave para que tu compresor funcione bien a largo plazo. A medida que suben las temperaturas, cualquier descuido puede transformarse en un dolor de cabeza: sobrecalentamientos, fallos inesperados o incluso paros no programados.

2. Limpia los enfriadores con frecuencia

Los enfriadores sucios dificultan la disipación del calor y eso puede hacer que tu compresor se sobrecaliente. Esto no solo afecta el rendimiento, sino que también puede generar tiempos de inactividad. Si tu equipo está en un ambiente polvoriento o sucio, es aún más importante limpiarlos seguido.

3. Revisa las válvulas térmicas

Si notas que la temperatura de descarga sube más de lo normal, puede que la válvula térmica esté fallando. No lo dejes pasar. Cualquier problema en el sistema de enfriamiento debe resolverse de inmediato para evitar consecuencias mayores.

4. Controla los niveles de fluidos todos los días

Los fluidos son el alma del compresor: lubrican, enfrían y ayudan a sellar. Revisa los niveles a diario para mantener el rendimiento óptimo y evitar desgaste innecesario en las piezas internas.

5. Revisa el lugar donde está instalado tu compresor

El lugar de instalación importa, y mucho. Evita poner el compresor en espacios cerrados sin ventilación o sin aire acondicionado, ya que esto puede hacer que se sobrecaliente. Tampoco lo instales en zonas con muchas partículas en el aire, porque eso puede obstruir los enfriadores. Y asegúrate de que la temperatura ambiente no supere el rango que recomienda el fabricante.

No dejes que un problema pequeño se convierta en uno grande

Tu sistema de aire comprimido es esencial para mantener tu operación funcionando. Hacer revisiones frecuentes te va a ayudar a detectar y resolver fallos menores antes de que se conviertan en algo más serio (y costoso).
Este verano, prepárate y dale a tu compresor el mantenimiento que necesita para seguir rindiendo al máximo. Evitar fallos es mucho más fácil que repararlos después.