En cualquier industria donde se utiliza aire comprimido, el aire comprimido entra en contacto directo o indirecto con el producto que se fabrica. En la industria de alimentos y bebidas, esto significa los envases o recipientes que contienen los alimentos o bebidas, o incluso el contacto directo con productos de alimentos y bebidas. Piense en las frutas y verduras.
Esto hace que sea especialmente importante que el aire que entra en contacto con los productos que ingerimos cumpla con ciertas normas. Para aire comprimido, la norma 8573.1 Clases de calidad de aire de la Organización Internacional de Normalización (ISO) describe los contaminantes permitidos por clase. Las aplicaciones libres de aceite requieren clases de calidad “1” o “0” para la concentración total de aceite. La especificación más común implica menos de 0.01 mg/m³ (Clase 1). Si una planta desea especificar una concentración de aceite más baja, entonces la especificación es Clase 0.
El aire de Clase 0 es cualquier requisito menor al de la Clase 1, según lo acordado entre el fabricante y el usuario. La Clase 0 también es la norma que cumplen los compresores libres de aceite Sullair, incluso en las series DSP, SRL, DS-13 y los compresores centrífugos.
El aire libre de aceite es crítico para las aplicaciones en la industria de alimentos y bebidas.
En la industria de alimentos y bebidas, el aire comprimido se puede utilizar en diferentes capacidades, como transporte de productos, soplar botellas/recipientes, automatización, fermentación y para herramientas neumáticas. Algunos productores de alimentos y bebidas eligen usar compresores de tornillo lubricados o inundados de aceite debido al menor costo inicial de los equipos. Aun con la filtración adecuada, estos compresores pueden entregar una cantidad muy baja de arrastre de aceite y siempre existe el riesgo de un evento catastrófico. Es decir, si los filtros no se mantienen adecuadamente, o si hay un problema que permite el paso de aceite, existe el riesgo de que el aceite de la cámara de compresión pase aguas abajo en el proceso; y, por lo tanto, entre en contacto con el producto final. La contaminación por aceite puede tener consecuencias aún mayores, como la interrupción de la producción, el deterioro del producto e incluso sanciones de la FDA que requieren paros de planta.
La pureza del aire es especialmente crítica en la industria de alimentos y bebidas porque los productos que entran en contacto con el aire podrían afectar la salud y la seguridad del consumidor. Es por ello que, para empezar, muchas empresas en la industria son partidarias de no tener aceite en el sistema. Cuando se utiliza la tecnología Libre de aceite, este riesgo se mitiga. No hay lubricante dentro de la cámara de compresión, y se elimina la posibilidad de que pase aceite adicional aguas abajo y entre en contacto con el producto, sean alimentos o bebidas. El uso de la tecnología Libre de aceite garantiza la calidad del producto del usuario tal como se pretende.
Los compresores de aire libres de aceite, al igual que los compresores lubricados con aceite absorben los contaminantes del aire ambiental. Por esta razón, independientemente de la tecnología utilizada, es fundamental mantener una filtración adecuada. Por ejemplo, si el aire que está succionando el compresor está contaminado con aceite de un proceso cercano, luego de comprimirse, el aire aún retendrá esos contaminantes. El uso de filtros con las micras correctas y el tratamiento de aire adecuado pueden ayudar a “limpiar” el aire antes de que se arrastre aguas abajo y entre en contacto con el producto.
Un segmento creciente de la industria de alimentos y bebidas se está dando cuenta de por qué el aire libre de aceite es crítico. La tendencia predominante es que, en primer lugar, están eligiendo no introducir aceite, minimizando así el riesgo de tiempo de inactividad de producción, deterioro del producto o incluso la reputación de su marca.